No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices.
Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos
buscan su casa, sabiendo que tienen una.
La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación.
Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición
de la mente y no una condición de las circunstancias.
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